John Moses Browning
nació el 23 de enero de 1855 en Ogden, a 35 millas al norte de Salt Lake City (Utah, USA), entre el Gran Salt Lake y el Boque Nacional Wasatch-Cache.
La familia del joven John Moses se dedicaba a fabricar armas. Su padre, armero de profesión, había realizado algunas innovaciones en este campo. De niño pasaba gran parte del tiempo en el taller de su padre y sabía el nombre de todas las piezas de un arma, incluso antes de aprender a leer.
A los 6 años, fabricaba accesorios de pesca con pedazos de chatarra que martillaba sobre un banco de su tamaño, improvisado con una caja de madera. La vida de este niño americano del siglo XIX está llena de anécdotas que adivinan el perfil de un inventor genial de renombre universal.
No pasó mucho tiempo hasta que aquellos que habían observado su talento creativo tomaron una decisión: con sólo 23 años, John Moses registró su primera patente, para el "J.M Browning Single Shot Rifle". Este invento simplificaba el mecanismo de percusión, lo hacía más duradero y fiable.
Poco antes de morir, su padre le cedió el comercio al joven Browning. En asociación con su hermano Matt, con menos de 1000 dólares en el banco y sin haber manejado nunca antes una máquina, el joven Browning transformó el modesto comercio en una pequeña fábrica de armas que daba empleo a 7 personas.
El negocio estaba situado lejos de cualquier centro urbano, no tenía una clientela propia ni capital, por lo que subsistía a duras penas. Hasta que un día la suerte se encargó de dar a conocer al inventor: un representante de la firma Winchester.
En otro estado de los EE. UU., este representante había comprado un arma fabricada por los hermanos Browning. Totalmente convencido del interés de su concepción, se la compró a su propietario y la envió a sus superiores en la casa central de la empresa.
El director general de Winchester estaba tan impresionado que, sin pensarlo dos veces, emprendió un viaje de seis días hacia lo que en ese entonces todavía era el salvaje oeste con el fin de reunirse con los hermanos Browning.
A pesar de su sorpresa al descubrir que los fabricantes eran dos jóvenes de poco más de 20 años instalados en un taller de campo, fue lo bastante perspicaz como para no dejarse engañar por las apariencias y en cuanto pudo firmó con ellos una serie de acuerdos comerciales. Fue una decisión inteligente: estos acuerdos se prolongarían por varias décadas.
Browning tenía un futuro. Con el paso de los años, Browning concedió licencias a varios fabricantes para docenas de inventos y armas de fuego.
En el campo de las armas de fuego, Browning ha sido el que inventó casi todo. La creatividad y el nivel de perfección de sus inventos fueron tan importantes que la amplia mayoría de sus innovaciones tecnológicas no han podido ser mejoradas ni reemplazadas durante varios años.
El mundo de las armas de fuego es como el mundo del arte: el éxito de sus creadores depende del interés de amateurs bien informados.
En 1897, fue uno de los directores comerciales de la Fabrique Nationale (Fábrica Nacional de Armas) en Herstal, Bélgica, creando una pistola Browning 7.65 que incorporaba un mecanismo de cierre nunca antes visto. Inmediatamente avalaron el atractivo de este mecanismo y la FN obtuvo la licencia de fabricación.
Así comenzó un período de colaboración ininterrumpida entre el inventor instalado en las orillas del Gran Salt Lake y la fábrica situada al borde del río Mosa.
Browning alcanzó la cima de su arte con la escopeta de caza semiautomática Auto 5, cuyo éxito comercial fue enorme y que motivó la primera visita de John Moses a los talleres de Herstal.
Sin embargo, su popularidad a nivel mundial se debe indudablemente a la creación de la pistola semiautomática G.P. 9 mm (Gran Potencia). La venta de estas pistolas legendarias ha superado las 10 millones de unidades.
Desde 1907, fue adoptada por la mayoría de las fuerzas del orden y por los ejércitos de todo el mundo. El nombre genérico para este tipo de pistola es "Browning", lo que refleja su éxito a nivel mundial y el reconocimiento que ha recibido.
Nada del éxito de Browning ha sido fruto del azar. Al igual que todos los pioneros estadounidenses, forjó su suerte con una enorme dosis de arduo trabajo.
La fuerza de su carácter y la firmeza de sus principios eran poco comunes.
De este modo, hacia el final de sus días, una universidad le concedió un título honorífico que él rechazó simplemente porque "tenía por norma no aceptar nada que no se hubiera ganado con su propio trabajo".
En 1925, John Moses Browning hace los retoques finales de un prototipo de un arma superpuesta que cambiaría la historia de las escopetas de caza. La llamó simplemente B25 por "Browning 1925".
Falleció el 26 de noviembre de 1926 a causa de un ataque cardíaco, mientras trabajaba en su oficina en Herstal. Era su visita número 61 a Bélgica.
Su cuerpo fue repatriado a Estados Unidos, donde se le rindieron honores militares. Su hijo Val ha continuado su colaboración con la fábrica belga. Esa colaboración sigue en marcha hasta el día de hoy.